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RECURSO HIDROBIOLOGICO

Se entiende por Recursos Hidrobiológicos al conjunto de todos los seres vivos que habitan los cuerpos de agua como océanos, ríos, lagos, lagunas, etc.; sean plantas, peces, mamíferos, reptiles o cualquier forma viviente.

El concepto de Recurso pesquero es mucho más restringido, pues se refiere solamente a las especies de peces que son capturados para el consumo, sea este local o para el mercado.

La vocación pesquera del país está dada por el mar frente a las costas, los lagos y lagunas altoandinos, y los ecosistemas acuáticos amazónicos. Gracias a la vasta extensión marina que posee el Perú, es uno de los más abundantes en recursos de la Cuenca del Pacífico y del mundo. La temperatura baja de las aguas, la ubicación tropical y los afloramientos de aguas sub-superficiales le dan características muy especiales que determinan una extraordinaria variedad de especies, especialmente de mamíferos, aves, peces, invertebrados y algas. Presenta dos ecorregiones bien definidas: el mar frío de la Corriente Peruana, desde los 5º L.S. hasta Chile, y el mar tropical, al norte de los 5º L.S., con condiciones diferentes.

En el Perú se pueden distinguir tres cuencas pesqueras claramente diferenciadas: la del Océano Pacífico, la del lago Titicaca y la del río Amazonas. La más importante de las tres es la del Pacífico, que tiene una extensión de 626,249 kilómetros cuadrados. Según el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), en el mar peruano se han identificado 750 especies de peces, 872 especies de moluscos, 412 especies de crustáceos, y 45 especies de equinodermos, y 240 de algas.

Entre los recursos hidrobiológicos del mar tenemos a la anchoveta, atún, bonito, pejerrey, rayas, cachalotes, ballenas, delfines, pulpos, calamares, etc. En los ríos de la costa encontramos camarones, pejerreyes y lisas. En los ríos, lagos y lagunas de la sierra abunda el suche y la trucha. En los ríos de la selva se encuentra el paiche, bagre, boquichico, palometa, entre otros.

La actividad pesquera depende en más del 99% de especies nativas marinas y continentales, siendo una importante fuente de recursos económicos para el país, en forma de divisas (exportación de pescado enlatado y congelado, harina y aceite de pescado) y una importante fuente de alimentos (cerca de 400 000 t de pescado para consumo humano al año).

A diciembre del 2001, el sector pesquero sustentó el 0.7% del total del PBI. En los últimos 20 años, la participación del sector en el PBI promedia el 1.0%, alcanzando su mayor contribución durante 1994 con el 1.7%. Sin embargo, a pesar de su baja contribución al PBI nacional, el sector pesquero se constituye como un elemento clave en la economía nacional, debido a que constituye la segunda fuente de divisas para el país, con el 13% del total de exportaciones en el año 2001, luego del sector minero.

A pesar de esto, es conocido que un gran número de recursos marinos está sobre-explotado o los sistemas pesqueros a los que están sometidos ya no tienen los mimos márgenes de utilidad que hace unos pocos años (Pauly, 1997).

De acuerdo a datos publicados por Kevesten (1996) y la FAO(2000), la situación de las poblaciones marinas a nivel mundial es preocupante. El porcentaje de poblaciones marinas inexplotadas disminuyeron de un 9.6% en 1992 a 4% en el año 1999. Por otro lado, las poblaciones sobre explotadas, agotadas, en recuperación y plenamente explotadas pasaron de un 65% en 1992 a 75% en 1999.

Cerca de 12 000 lagos y lagunas altoandinos albergan una diversidad de especies muy alta y con numerosos endemismos de aves, anfibios, peces y otros grupos. Varios de estos lagos por sus condiciones especiales ofrecen un excelente potencial para el desarrollo de la acuicultura de peces y anfibios, como las ranas de Junín (Batrachophrynus spp.).

Los ecosistemas acuáticos (ríos y lagos) de la Amazonía baja albergan una muy alta diversidad de especies de mamíferos (manatí, nutrias, ronsoco), aves, reptiles (tortugas, ofidios, caimanes), anfibios, peces (unas 800 especies) y de invertebrados (crustáceos, lamelibranquios). Su importancia económica actual para la alimentación de las poblaciones humanas de la región es muy grande por el consumo masivo de productos hidrobiológicos (unas 80 000 t anuales) y el potencial para la acuicultura es, también, muy promisorio. Por ejemplo, la ciudad de Iquitos consume por año unas 14 000 t de pescado y sólo unas 500 t de carne vacuna y bubalina.

PISCICULTURA ANDINA - AMAZÓNICA

Los 12 000 lagos y lagunas que posee la Sierra, son además de reservorios naturales de agua y ampliamente aprovechados para tal fin, una gran posibilidad de producción adicional en base a la acuicultura.

En el pasado se ha insistido mucho en introducir y "liberar" especies exóticas (truchas, pejerrey) en estos ambientes, con los consecuentes problemas ecológicos, especialmente de extinción de especies nativas. Sin embargo, basándose en las técnicas modernas de una acuicultura controlada (jaulas, pozas) se puede obtener una producción más intensiva y sin los impactos mencionados. Las experiencias en el país y en otros países, como Chile, nos indican que esta actividad puede transformarse en un rubro muy importante de producción económica.

Existen hoy técnicas de piscicultura con especies introducidas (trucha y otras) que tienen un escaso impacto negativo en el ambiente natural, como la cría controlada en jaulas flotantes y otros sistemas. Las posibilidades de piscicultura tecnificada en la Sierra ofrecen posibilidades muy grandes comparables con la producción de salmón en Chile, un negocio que asciende a unos US$ 600 millones anuales para ese país.

La piscicultura con especies nativas amazónicas puede ser una actividad muy rentable porque el país posee la tecnología para la cría de gamitana, paco, sábalo, paiche y algunas otras especies. La producción de carne, especialmente de gamitana y especies similares (paco, sábalo), puede estar entre 1 000 kg/ha/año, con tecnología baja, y 10 000 kg/ha/año con tecnología alta; para producir hasta 5 000 kg/ha/año no se necesita importar alimentos supletorios, porque estos pueden ser producidos en la misma región. Existe mercado local y regional para la producción, especialmente en las ciudades más importantes (Iquitos, Pucallpa, Tarapoto, etc.), donde los pobladores están habituados al consumo de pescado y por la escasez del recurso durante la época de creciente de los ríos, lo que permite colocar el producto con seguridad en la misma región.

Para la piscicultura no se hace necesario intervenir nuevas áreas, porque la actividad puede ser desarrollada en tierras ya intervenidas; y los pobladores locales amazónicos (indígenas y ribereños) disponen de conocimientos y tecnologías para la conservación del pescado (secado y salado, y ahumado). Estas tecnologías pueden ser mejoradas con mucha facilidad. En la actualidad se tienen unas 30 ha de piscigranjas con gamitana y para el año 2 005 se podría tener unas 5 000 ha y se necesitarían unos 5 millones de alevinos anuales para ello, con una producción anual de 25 000 t de carne.

El paiche es el pez de la carne más fina y apreciada de la Amazonía y en la actualidad la capacidad instalada para su cría no llega a 10 ha y la producción de carne de paiche se basa en el saqueo de los estoques naturales, en disminución acelerada. La piscicultura del paiche puede producir hasta 8 000 kg/ha/año de carne, y ya se tienen productores de alevinos en Iquitos y Pucallpa. Para el año 2 005 se podría tener unas 2 000 ha de piscicultura con una producción de unas 16 000 t.

La demanda mundial de peces ornamentales para los aficionados a los acuarios es una actividad económica creciente. De la Amazonía peruana se exportan unas 108 especies de peces ornamentales, casi todas provenientes de la recolección de los ecosistemas naturales, y con muy poco desarrollo de la reproducción en instalaciones especiales. Se calcula que la Amazonía peruana ofrece un potencial de unas 150 especies de peces ornamentales para la exportación, y el fomento de la piscicultura de estas especies constituye un potencial interesante.

El churu (Pomacea spp.) es un caracol acuático amazónico de carne apreciada y de fácil reproducción en estanques. Su cría es interesante porque existe tecnología local; es adecuado para consumo fresco (ceviche y chupes) como en enlatados; no necesita de instalaciones sofisticadas ni de alimentos especiales, por ser una especie herbívora; y tiene muy altas tasas de reproducción. En la actualidad se lo consume a nivel local y existen experiencias de cría en la selva.