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RECURSO FORESTAL
FAUNA SILVESTRE
ECOTURISMO
Ecoturismo es un concepto relativamente nuevo, y con frecuencia es mal
interpretado y mal utilizado. Alguna gente ha abusado del término para atraer
viajeros conscientes de la conservación a lo que, en realidad, son simplemente
programas turísticos de naturaleza que pueden causar impactos ambientales y
sociales negativos (A. Drumm; A. Moore, 2002).
A pesar de que el término se empezó a utilizar en la década de los 80, la primera definición realmente aceptable que continúa siendo concisa se estableció en 1990 por la Sociedad (Internacional) de Ecoturismo: “Es el viaje responsable a zonas naturales que conserva el medio ambiente y mejora el bienestar de las poblaciones locales”.
Con el crecimiento de la actividad y su concientización también ha crecido
nuestra necesidad de crear una definición más amplia y detallada. Recientemente,
en 1999, Martha Honey propuso una excelente versión más detallada: “Ecoturismo
es el viaje a zonas frágiles y prístinas, por lo general protegidas, cuyo
objetivo es ser de bajo impacto y generalmente a pequeña escala. Ayuda a educar
al viajante suministra fondos para la conservación del medio ambiente; beneficia
directamente el desarrollo económico y lo soberanía de las comunidades locales y
fomenta el respeto a diferentes culturas y los derechos humanos”.
Otra definición adoptada por la IUCN es la siguiente: “Aquella modalidad
turística ambientalmente responsable consistente en viajar o visitar áreas
naturales con el fin de disfrutar y apreciar la naturaleza (así como cualquier
manifestación cultural del presente y del pasado), que promueve la conservación,
tiene bajo impacto de visitación y propicia un involucramiento activo y
socioeconómicamente benéfico de las poblaciones locales”.
El Ecoturismo es una alternativa productiva – no extractiva – que es
congruente con las concepciones vigentes sobre el desarrollo sostenible,
mejorando la calidad de vida humana sin rebasar la capacidad de carga de los
ecosistemas que la sustentan (UICN, PNUMA y WWF, 1991).
Características del Ecoturismo
- El ecoturismo debe tener un bajo impacto sobre los recursos naturales.
- Reconoce que los recursos naturales y culturales son los elementos clave de la experiencia del viaje, y por lo tanto, acepta que hay límites de uso (oferta u demanda).
- Involucra una experiencia directa con ambientes naturales y culturales.
- Involucra a los actores (individuales, comunidades, ecoturistas, operadores turísticos e instituciones y gubernamentales) en las fases de planificación, desarrollo, implementación y monitoreo.
- Respetar las culturas y tradiciones locales.
- Promueve una ética ambiental positiva.
- Generar ingresos sostenibles y equitativos para las comunidades locales y para tantos actores participantes como sea posible, incluidos los operadores turísticos privados.
- Provee beneficios económicos a la industria del turismo.
- Genera ingresos para la conservación de las áreas protegidas.
- Educa a todos los actores involucrados acerca de su papel en la conservación. Provee beneficios a los participantes a través de la educación e interpretación.
- Responde a las necesidades de la comunidad, generando oportunidades de
desarrollo sostenible.
El Ecoturismo promueve diversas actividades:
- Actividades recreativas responsables hacia áreas silvestres, para apreciar, disfrutar y entender los valores naturales y culturales que estas poseen.
- Generación de ingresos para conservar las áreas silvestres.
- Máxima disminución de posibles impactos ecológicos y culturales que esta actividad pueda generar.
- Generación de beneficios económicos para las comunidades locales.
- Educación ambiental y formación de valores, para los visitantes y las poblaciones locales.
- Responde a las necesidades de la comunidad, generando oportunidades de desarrollo sostenible.
En el Ecoturismo pueden participar diversos actores, como:
- Gobierno
- Personal de Áreas Protegidas
- Comuinidades locales
- Industria Turística
- Organizaciones no Gubernamentales
- Instituciones financieras
- Consumidores (viajeros)
- Académicos
La Sociedad Internacional de Ecoturismo construyó el siguiente perfil del
mercado ecoturístico en 1998, basándose en una encuesta realizada a viajeros
estadounidenses (A. Drumm; A. Moore, 2002).
- Edad: entre los 35 y los 54 años, aunque la edad varía con la actividad y otros factores.
- Género: el 50% fueron mujeres y el 50% varones, aunque se encontró una clara diferencia por actividad.
- Educación: el 82% fueron graduados universitarios.
- Composición familiar: no se encontraron grandes diferencias entre los turistas generales y los ecoturistas con experiencia.
- Composición de los grupos: una mayoría prefiere viajar en pareja
- Duración del viaje: prefieren viajes entre 8 y 14 días
- Gastos: gastos entre $1000 y 1500$
- Elementos del viaje: paisajes de vida silvestre, observaciones de
la vida silvestre, excursiones de caminatas
El Ecoturismo en el Perú presenta diversas ventajas:
- El Turismo es la actividad de mayor movimiento económico en el mundo, superando incluso a la industria de computadoras, automotriz y combustible.
- El turismo en la naturaleza es uno de los sectores del turismo mundial de mayor crecimiento.
- Sudamérica es uno de los destinos que están siendo más promovidos internacionalmente, debido, entre otros motivos, a la saturación de plazas tradicionales.
- Perú es uno de los países más biodiversos del mundo, y cuenta con una altísima diversidad de ambientes y paisajes naturales y culturales.
- Perú cuenta con más del 60% de su territorio cubierto de bosques, y existen vastas zonas que han sido poco impactadas por el hombre.
- Salvo excepciones, como Machupicchu, la mayoría de los destinos son aún
recursos turísticos, debiéndose trabajar para que se convierta en productos
turísticos. Se requieren inversiones, capacitación y profesionales.
Ecoturismo y las comunidades locales (A. Drumm; A. Moore, 2002).
Las comunidades son las tradicionales administradoras de muchas de las áreas naturales del mundo, pero desde la gran ola de colonización europea en los países tropicales, éstas han sido enormemente excluidas de las decisiones de manejo con respecto a su desarrollo, e incluso su autodeterminación. En décadas recientes, esta exclusión se ha manifestado en el desarrollo económico y en el sector del turismo. El turismo tiende a ser manejado por compañías privadas, localizadas en ciudades distantes e incluso en países extranjeros. Tradicionalmente, el estado ha tratado de negarle el acceso y la participación en las actividades en las áreas naturales protegidas a los pueblos autóctonos. En consecuencia, los miembros de la comunidad no han sido reconocidos como actores clave y han sido marginados de las oportunidades del turismo de naturaleza en todo el mundo.
Comunidad se refiere a un grupo heterogéneo de gente que comparte la
residencia en una misma área geográfica y el acceso a un conjunto de recursos
naturales locales. El grado de cohesión y diferenciación social, la fuerza de
las creencias y las instituciones comunes, la diversidad cultural y otros
factores varían ampliamente dentro y entre las comunidades (Schmink, 1999).
En años recientes, los conservacionistas han reconocido el papel crucial que
las comunidades rurales y costeras desempeñan en la conservación de la
biodiversidad; muchos directores de áreas protegidas han desarrollado mecanismos
para incorporar a estas comunidades como actores en el proceso de planificación
y manejo. Al mismo tiempo, el creciente interés de los turistas por aprender y
experimentar diferentes culturas ha llevado a la industria del turismo a
incorporar a las comunidades en sus actividades. Esto, a su vez, ha provocado
una creciente concientización en las comunidades acerca de las oportunidades que
presenta el turismo. En los lugares donde las comunidades están bien organizadas
y tienen el derecho sobre sus territorios tradicionales, han sido más exitosas
en capturar una mayor parte del turismo que consume en las áreas naturales. En
la década del 90, numerosos grupos locales y autóctonos adoptaron el ecoturismo
como pare de su estrategia de desarrollo (Wesche, 1996).
Una de las grandes contribuciones del ecoturismo a la conservación es el
grado en el que éste puede convertir las actividades de la comunidad de la
categoría de "amenaza" a la categoría de "oportunidad". Por ejemplo, las
actividades que contribuyen al desarrollo sostenible y al logro de los objetivos
de conservación de las áreas
Con el propósito de maximizar los beneficios de la conservación de una
actividad de ecoturismo, es necesario definir cómo pueden participar los actores
locales en su planificación y desarrollo.
No todas las comunidades ni todos los miembros de las comunidades desearán
estar involucrados en las actividades del turismo, y los planificadores y
quienes lo desarrollan deben respetar esta decisión.
Quienes sí buscan involucrarse, pueden elegir entre una gama de grados de participación que incluye:
- Trabajar como personal ocasional, de medio tiempo o de tiempo completo para operadores turísticos privados;
- Proporcionar servicios a operadores privados, tales como preparación de comidas, guías, transportes o alojamientos, o una combinación de éstos;
- Formar una empresa conjunta con operadores turísticos privados en la que la comunidad proporciona la mayoría de los servicios mientras que el sector privado maneja el mercadeo, la logística y los posibles guías bilingües;
- Operar como programas independientes, basados en la comunidad.
El papel que elija una comunidad debe basarse, entre otras cosas, en sus
intereses, capacidad organizativa, experiencia, sensibilidad cultural, presencia
de liderazgo sólidos, calidad de los recursos naturales y culturales, demanda
del turismo, oportunidades de capacitación, disponibilidad de intereses de los
socios y del sector privado.
Puede ser que la comunidad esté muy interesada en desarrollar el ecoturismo,
pero puede no ser una opción viable a causa de alguno de los factores antes
mencionados. Es extremadamente importante evaluar la viabilidad financiera de un
proyecto de ecoturismo antes de proceder con el desarrollo de la
infraestructura. Las ONG conservacionistas, con frecuencia, han visto al
ecoturismo de las comunidades como una solución compatible con el desarrollo
económico, pero a menudo se han creado grandes expectativas para luego ver
frustrados los proyectos que no lograron generar los beneficios esperados.
Es crucial atemperar el entusiasmo de los conservacionistas y de las
comunidades con una evaluación preliminar del sitio, una buena planificación
preparatoria y un análisis de viabilidad.
Ver texto: Comunidades y Áreas Naturales Protegidas en la Amazonía Peruana.
Smith, R.; Pinedo, D. (Carpeta Anexos)
Consideraciones para el desarrollo del ecoturismo en la comunidad
En estos días, la mayoría de los conservacionistas reconocen que trabajar con
las comunidades es fundamental para alcanzar los objetivos de las áreas
protegidas y las estrategias de la conservación, incluido el ecoturismo. Existe
una cantidad de principios básicos que deben considerarse en la planificación
para que una comunidad se involucre en actividades ecoturísticas.
Crear sociedades: El ecoturismo organizado al nivel de la comunidad raramente
puede ser exitoso sin la asistencia o cooperación de operadores turísticos. Los
vínculos con el mercado, las habilidades idiomáticas y la pobre comunicación son
tres de los aspectos más importantes que limitan la posibilidad de las
comunidades de "administrarse solas" en el ecoturismo. Los operadores de
ecoturismo pueden ser los socios ideales para proporcionar el eslabón perdido
para las comunidades a cambio del (a veces exclusivo) acceso a los recursos de
la comunidad.
Los directores de las áreas protegidas deben participar de la implementación del ecoturismo fuera del área protegida, pero en muchos casos su papel tiene que ser "secundario". Debido a sus muchas responsabilidades, así como la posible resistencia de parte de los residentes locales, el director del área protegida tal vez necesite buscar otros medios para cumplir su función. Las ONG, en general, son percibidas como partes neutrales y por lo tanto son más aceptables como proveedores de asistencia técnica para las comunidades locales.
Evitar
poner todos los huevos en la canasta del ecoturismo: Un escenario comunitario
ideal debe consistir en atracciones interesantes y accesibles, gente local con
el interés y la iniciativa de aprovechar las oportunidades, y líderes que estén
dispuestos a interactuar, aprender y trabajar con el director del área
protegida, las ONG y los operadores de turismo.
Se debe percibir al ecoturismo como una de las varias actividades en el
portafolio de posibilidades de una comunidad. Confiar sólo en el ecoturismo como
una fuente alternativa de ingresos, usualmente, no es una estrategia sabia de
desarrollo. El turismo y el ecoturismo están sujetos a períodos de inestabilidad
debido a las fluctuaciones de las tendencias económicas nacionales e
internacionales, a los eventos políticos y a la percepción pública generada por
los medios de comunicación. Además, el ecoturismo raramente involucra a una
porción significativa de la comunidad ya que los trabajos relevantes están por
lo general limitados a la industria de servicios y a unos pocos más. En las
comunidades que han logrado cierto éxito en desarrollar un estilo de vida más
sustentable, el ecoturismo ha sido sólo uno de los componentes de ese cambio.
Otros elementos importantes son: mejorar la educación, el acceso a la
información, el manejo de la áreas protegidas y aumentar otras oportunidades
económicas diferentes del ecoturismo (Brandon, 1996).
Estos elementos que vienen con el ecoturismo, incluida la introducción de
extraños, los nuevos valores y costumbres y los nuevos modos de hacer negocios,
pueden no ser lo que la población residente quiere. Los residentes locales deben
estar bien informados acerca de los posibles impactos del desarrollo del
ecoturismo antes de aceptarlo.
Vincular los beneficios del ecoturismo con los objetivos de la conservación: Para que el ecoturismo promueva la conservación, la población local debe beneficiarse claramente y comprender que los beneficios que reciben están vinculados a que el área protegida siga existiendo (Brandon, 1996). Debe existir una cercana relación de trabajo entre la administración de las áreas protegidas y las comunidades de los alrededores. Desafortunadamente, los residentes locales, con frecuencia, no reconocen la conexión que existe entre los limitados beneficios que proporcionan muchos proyectos de turismo y las áreas protegidas.