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RECURSO FORESTAL
MANEJO FORESTAL
Se denomina manejo forestal al conjunto de técnicas de intervención silviculturales que se realizan en un bosque, con el objetivo de incrementar la productividad referida básicamente a la parte maderable. El manejo se basa en dos factores: los que la planta necesita para poder crecer (agua, luz, nutrientes) y el propósito de la plantación. El grado de intervención de la plantación o bosque dependerá de la relación de estas dos condiciones. Por ejemplo, cuando se trata de una plantación con fines de obtener madera se busca crecimiento en altura o crecimientos en diámetro. El crecimiento en altura se consigue manteniendo la competencia entre las plantas por la luz. Luego es necesaria una intervención de manejo para disminuir el crecimiento en altura, beneficiando el desarrollo del diámetro, merced a una mayor disponibilidad de agua y nutrientes (D. Ocaña).
Otra definición más sencilla dada por la Ley Forestal y de Fauna
Silvestre es la siguiente: Gerencia del bosque para la obtención de
beneficios económicos y sociales en forma permanente, de modo tal
que se asegure la sostenibilidad de las especies y de los
ecosistemas objeto de manejo.
Entre las intervenciones más habituales están los raleos y podas. Los raleos
consisten en la extracción de los ejemplares defectuosos o suprimidos, a fin de
mejorar la provisión de nutrientes del suelo y radiación solar a los árboles de
mejores características. Esto permite la obtención de trozos (troncos) de mayor
diámetro y de mejor forma. El momento técnico apropiado para el raleo es cuando
los árboles han iniciado su capacidad de seguir compitiendo; si permanecen en un
estado de equilibrio, el incremento diametral disminuye porque los árboles sólo
continúan su crecimiento en altura debido a la competencia por la luz. Si se
ralea antes o después se pierde madera. Con las podas, las que consisten en la
eliminación parcial de las ramas inferiores de los árboles, se asegura la
obtención de madera libre de nudos, la cual es altamente cotizada en los
mercados internacionales (www.papelnet.cl/silvicultura/manejo.htm). En el caso
de plantaciones masivas o bosquetes cuyo objetivo es obtener troncos rectos para
madera, la poda se hace cuando los árboles han cerrado sus copas, e sdecir,
cuando las ramas inferiores están superpuestas. La cantidad de ramas a cortar no
debe exceder a 1/3 de lo que tiene el árbol.
El Manejo Forestal se rige por las siguientes consideraciones: (DEVIDA, lineamientos para la Gestión forestal, 2001).
- Ordenar el territorio para determinar los tipos de bosques, nivel de extracción y rentabilidad.
- Tratar al bosque con responsabilidad, administrando sus componentes para obtener beneficios económicos, sociales y ambientales a largo plazo, respetando sus mecanismos de sostenibilidad.
- Planificar la reposición forestal con aquellas especies que se están explotando y otras que se adapten a las condiciones del área y que sean de interés socioeconómico, a través de la regeneración natural o reforestación.
- Aprovechar al bosque con el menor daño posible y menor impacto ambiental, asegurando la presencia de árboles de especies valiosas de todas las edades de manera de asegurar una producción continua a través del tiempo, aplicando para esto algunos tratamientos silviculturales y realizando un monitoreo y evaluación de tipo permanente de las intervenciones.
- Contar con el permiso de extracción forestal en las áreas asignadas con estos fines.
- Seleccionar los árboles a extraer teniendo en cuenta los diámetros mínimos de corte.
- Planificar la extracción de las especies forestales en el tiempo adecuado y con las herramientas y maquinarias apropiadas.
Manejo Forestal Sostenible (Fuente: tomado de www.condesan.org)
El manejo forestal sostenible es fundamental para el desarrollo sostenible;
también implica uno de los retos más difíciles a los que se enfrenta el mundo en
su paso hacia el desarrollo sostenible. Los bosques tropicales se encuentran
disminuyendo rápidamente en América Latina y el Caribe. A pesar de que los
bosques de climas templados se han mantenido estables en el área, estos están
cada vez más amenazados por la contaminación, y las zonas de bosques antiguos se
están convirtiendo en arbolados mucho menos diversos. Mientras que los Estados
tienen el derecho soberano de explotar los recursos para asegurar el crecimiento
económico y el bienestar de los ciudadanos, los bosques proporcionan bienes
públicos para los países vecinos (a través de cuencas hidrográficas compartidas)
y el resto del mundo. Por lo tanto, el manejo forestal sostenible requiere de
una acción colectiva
Muchos de los países de América Latina presentan valiosos recursos
forestales. Estos recursos contribuyen en forma vital al desarrollo y bienestar
de la sociedad ya que protegen las cuencas hidrográficas, acogen a la vida
silvestre y constituyen en sí mismos fuente de diversidad biológica. De igual
manera, contribuyen a la generación de ingresos mediante empleos directos e
indirectos, aumentando los retornos públicos a través del aprovechamiento
maderero y no maderero de las industrias forestales. Por último, ayudan a
superar las necesidades básicas de las comunidades rurales, sirviendo como
fuente de alimentos, combustible y medicinas.
La disponibilidad de la información sobre los bosques y los recursos
forestales, constituye una condición indispensable para el manejo forestal
sostenible y en general para el desarrollo forestal, basado en políticas claras
y contrapesadas desde el punto de vista económico, ambiental y social. Así, en
algunos países de América, la información forestal si bien existe, no se
encuentra fácilmente disponible para las decisiones sectoriales sobre políticas,
para las industrias forestales y, para aquellos que deben tomar decisiones
estratégicas sobre el sector. La cobertura y la calidad actual de la información
forestal no son tan buenas como para alimentar los procesos de toma de
decisiones, sean estos públicos concernientes a las políticas forestales de los
países, o privados concernientes a las inversiones nacionales y extranjeras.
Manejo de Bosques secundarios
La importancia del manejo de bosque secundario para generar ingresos para el
pequeño productor y beneficios ambientales para la sociedad se está
incrementando. El valor de la madera está aumentando a una tasa mayor que otros
bienes. Se ha demostrado que el manejo puede elevar la productividad del bosque
secundario. El manejo del bosque secundario requiere de una inversión
relativamente baja en mano de obra y otros insumos, cuyo costo, bajo condiciones
de mercado favorables, puede ser cubierto por el incremento en productividad. En
áreas de frontera agrícola, donde las especies valiosas del bosque primario han
sido extraídas, vender madera del bosque secundario empieza a ser rentable.
Asimismo, la venta de servicios y productos no-maderables del bosque representa
una fuente de ingreso complementaria, y a veces más importante, que la venta de
madera. (www.CATIE.ac.cr).
No obstante, los países de América fracasan con frecuencia cuando se trata de
utilizar los mejores métodos y aplicaciones disponibles para la ordenación
forestal sostenible. Por este motivo, la deforestación y degradación forestal
imprevistas son comunes y, a última instancia, están resultando en pérdidas
económicas para las naciones y pueblos que dependen de los recursos forestales.
Algunos de los factores que contribuyen a esta situación son la inadecuación de la planificación, la infraestructura y las políticas para el uso de la tierra, la subvaloración de los recursos disponibles, e insuficientes conocimientos sobre la silvicultura sostenible. Un problema clave que ha surgido del uso insostenible de los bosques es la pérdida de muchos bienes públicos regionales y mundiales que estos recursos proporcionan. Es necesario cooperar en áreas específicas para asegurar que los países de América sacan el máximo provecho de ambos aspectos, público y privado, de los recursos forestales (http// enviroment.harvard.edu).
Consideraciones básicas para el manejo de bosques secundarios:
OBJETIVOS
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ACCIONES
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LOCAL |
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Priorizar e identificar la investigación sobre el manejo de bosques secundarios. |
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Conocer las características de los bosques secundarios. |
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Priorizar especies nativas para funciones específicas. |
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Conocimiento silvicultural de especies priorizadas. |
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Recoger y valorar el conocimiento local sobre bosques |
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Aumentar y manejar los recursos genéticos de especies prioritarias en las fincas. |
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Determinar formas adecuadas de transferencia de tecnología de manejo de bosques secundarios dirigidas a los diferentes niveles. |
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Platear una alternativa integral y económica para que los bosques secundarios formen parte de un modelo de uso integral de tierras. |
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NACIONALES
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Insertar en los planes de investigación y fomento agrario el componente sobre el manejo de bosques secundarios. |
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Involucrar organizaciones gremiales de productores, agentes comerciales y procesadoras en la investigación y difusión. |
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Identificar las especies indicadoras de las diferentes etapas sucesionales de los bosques secundarios. |
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Conocer las características tecnológicas de las especies de bosques secundarios para el desarrollo de productos y mercados. |
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Coordinar con el ámbito nacional la distribución de semillas seleccionadas de las especies priorizadas y adaptadas a diferentes condiciones locales. |
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Insertar dentro del sistema nacional de información de recursos naturales lo relacionado a los bosques secundarios. |
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REGIONALES
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Incluir bosques secundarios en evaluaciones de ambientes con enfoques regional y global. |
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Insertar en los indicadores de sostenibilidad de los bosques lo relativo a los bosques secundarios |
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Acelerar el proceso de investigación a través de intercambios entre técnicos, campesinos y agentes comerciales entre países. |
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Fuente: DEVIDA, Lineamientos para la Gestión forestal, 2001 |
Impacto del manejo de bosques sobre la fauna silvestre (tomado de: http://146.83.41.79/profesor/cestades/clase7.htm)
El manejo de bosques y matorrales con fines productivos implica la
manipulación de la estructura y composición de la vegetación y,
consecuentemente, una modificación de los atributos del hábitat de numerosas
especies animales. En general, en un Bosque nativo, el manejo apunta a redirigir
el crecimiento del bosque para obtener algún producto (madera, corteza, frutos,
etc). Comúnmente la composición general de la vegetación tiende a mantenerse
pero la estructura y los ritmos de crecimiento de ésta cambian dependiendo del
tipo e intensidad del manejo.
Las técnicas de regeneración definen en gran medida la estructura que tendrá el bosque. Métodos como tala rasa y cortas de protección tenderán a crear bosques coetáneos de estructura simple, mientras que las cortas selectivas producirán formaciones multietáneas, de estructura compleja. La complejidad de la estructura de la vegetación a menudo está asociada con la diversidad de nichos que pueden existir en una comunidad. Así, en un bosque de muchos estratos es común encontrar más especies animales, muchas de las cuales se han especializado en la explotación de un estrato en particular. Comúnmente las técnicas de regeneración tienden a recrear la forma de regeneración natural del bosque por lo que un bosque manejado puede ser fisonómicamente similar a uno natural.
El manejo con fines de producción de madera intenta concentrar el crecimiento
vegetativo en pocos pies de buen diámetro y buena forma. Por esta razón, una
herramienta muy importante son los raleos que reducen la competencia entre los
árboles eliminando sistemáticamente algunos individuos para favorecer a otros.
Una reducción del área basal trae consigo la apertura del dosel con lo que
más luz alcanza el suelo. Si este aumento en la radiación es moderado se puede
estimular el desarrollo del sotobosque y por consiguiente favorecer a las
especies que dependen de él. Sin embargo, si el aumento en radiación solar es
significativo se pueden producir cambios microclimáticos importantes (Ej.
Aumento de la temperatura y disminución de la humedad) que pueden reducir la
calidad del hábitat para animales que viven en el suelo. Además, con aperturas
bruscas del dosel se favorece la colonización de especies arbustivas agresivas
las que pueden llegar a dominar el área reduciendo la diversidad vegetal del
sotobosque.
Un objetivo importante del manejo es la reducción del período de rotación.
Esto implica que en la mayoría de los bosques manejados los árboles senescentes
no existen, con lo que se puede excluir casi completamente a un grupo importante
de animales como pájaros carpinteros, loros y búhos. Algunas de estas especies
persisten en paisajes forestales manejados sólo gracias a la manutención de
áreas no intervenidas en quebradas y otras zonas de protección.
La corta final es un factor de gran importancia en la determinación de las
características del hábitat de las especies de fauna en el bosque. La tala rasa
implica un cambio extremadamente brusco en las condiciones microclimáticas y la
fisonomía del área; prácticamente todos los animales del bosque pierden su
hábitat con una tala rasa. Posterior a la corta de los árboles las especies de
bosque que abandonaron el área en búsqueda de otras zonas boscosas son
reemplazadas por especies generalistas o especialistas de zonas abiertas.
El método del árbol semillero y de las cortas de protección mantiene un
cierto porcentaje del área basal hasta que la regeneración se ha establecido. La
protección vertical hace que los cambios microclimáticos sean menos drásticos
que en una tala rasa e independiente del tamaño de la zona intervenida
permitiendo manejar áreas de gran extensión. Así, a una misma escala, este
método tiende a generar bosques más simples que las cortas por claros.
La poda de ramas reduce la complejidad del follaje y disminuye estructuras importantes para algunas especies como son sitios de nidificación o perchas. En bosques tropicales la corta de lianas impide el acceso de muchos mamíferos arbóreos a las copas de árboles de gran tamaño. Finalmente, los desechos de explotación generan (sobretodo si son apilados) cobertura para muchos animales, principalmente micromamíferos, los cuales se protegen de predadores y de los cambios de temperatura.