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RECURSO FORESTAL

DESCRIPCION DE LOS PRODUCTOS FORESTALES NO MADERABLES

ALGARROBO (Proyecto Algarrobo: www.proyectoalgarrobo.org.pe/)

Género y Especie: Prosopis Pallida
Familia: Leguminoseae
Parte Empleada: frutos, flores, leña


Distribución geográfica: Es un género muy antiguo con alrededor de 45 especies en América del Sur, del Norte y Central, África y oeste de Asia. La mayoría se concentra en zonas áridas y secas de Sudamérica.


En el mundo, las especies arbóreas del género se encuentran desde el paralelo 38ºS en Argentina y avanzan por una franja por el oeste en Chile, Bolivia, Perú, llegando hasta Centroamérica y el sur de Estados Unidos. También se encuentran especies abundantes en Paraguay y escasa presencia en el oeste de Uruguay y sur de Brasil. Existen especies autóctonas en la India, Pakistán y noroeste de África.

Descripción botánica: Son arbustos de tamaño mediano o árboles que pueden llegar a tener una altura de 20 m con troncos de más de un metro de diámetro. En su mayor parte tienen espinas en las ramas y las hojas, igual que las de muchos otros árboles leguminosos; son compuestas, formadas por numerosos folíolos que tienen la apariencia de plumas. Sus flores son pequeñas y generalmente se encuentran agrupadas en espigas de diferente largo. Las flores, aunque no muy vistosas, son nectaríferas y atraen gran número de abejas y otros himenópteros. Los frutos azucarados favorecen la propagación zoófila y endozoica. En efecto, la mayoría de las especies de Prosopis son propagadas por los animales que comen sus frutos.

Condiciones ecológicas: Aunque crecen también cerca del agua, distintas especies de Prosopis se encuentran en lugares tan secos que difícilmente puedan sobrevivir otras plantas. Pueden tolerar y aun crecer con rapidez en suelos salinos o de baja fertilidad. Generalmente necesitan un mínimo de 250 mm anuales de lluvia, pero algunas especies se adaptan a zonas donde la pluviosidad apenas llega a los 75 mm anuales, aunque siempre debe contar con aporte de agua del subsuelo. Soportan fácilmente largos períodos de sequía produciendo igualmente abundantes vainas.

Los árboles se desarrollan en suelos pobres, en arenas livianas y suelos rocosos. Algunas especies son muy tolerantes a la sal y además tienen en sus raíces nódulos fijadores de nitrógeno que mantienen su crecimiento en suelos donde el nitrógeno es escaso. El algarrobo puede aportar entre 100 y 400 kg/ha/año de nitrógeno, cantidad que puede cubrir las necesidades de un cultivo o una pastura. Estudios realizados han demostrado que el suelo situado bajo la copa de los algarrobos tiene mayor calidad que los que están fuera de su influencia debido a que mejoran tanto la fertilidad como la penetración del agua y la retención hídrica.

Además de una red considerable de raíces laterales, se desarrollan raíces columnares que van en busca de agua subterránea y a menudo penetran a 10 m de profundidad, llegando a veces a profundidades de hasta 20 m.

Silvicultura: La propagación más utilizada es la semilla, para lo cual hay que contar con material genético de buena calidad y evitar que esté contaminada con especies indeseables. La recolección de la semilla se hace manual o mecánica. La cantidad de semillas por kilogramo oscila entre 15000 y 20000, según la especie, obtenidas a partir de 9 a 11 kg de vainas secas. El poder germinativo de las mismas supera el 90%. Es recomendable someter las semillas a una temperatura de -18ºC durante 10 días para controlar el ataque de insectos (familia Bruchidae).

Las semillas de Prosopis presentan latencia otorgada por su tegumento duro. Para facilitar la germinación, se realizan dos métodos: escarificación mecánica o inmersión en agua a 80ºC con un posterior enfriamento de 24 horas. Las temperaturas óptimas de germinación son de 20-30ºC. Con cualquiera de los dos métodos se logra una germinación homogénea cercana al 95%.

Es posible multiplicar el algarrobo por medio de estacas a los fines de clonar árboles con buenas características, aunque esta técnica tiene la desventaja de no desarrollar raíz pivotante.

Daños y enfermedades: Los algarrobos están sometidos a diversos factores adversos, entre los que se encuentran las plagas de los insectos xilófagos, llamados vulgarmente "taladros", pertenecientes a las familias Bostrychidae, Cerambycidae y Buprestidae.

Otras plagas de importancia son los hemípteros, lepidópteros y coleópteros que atacan frutos y semillas. Dentro del orden de los lepidópteros, se identificó un insecto defoliador de la familia Olethreutidae que se comporta como pegador de hojas, causando una fuerte defoliación de los algarrobos, por consiguiente una disminución en su capacidad productiva; además existen otros desfoliadores como el lepidóptero de la familia Gelechiidae, y picadores chupadores como el Heteropsylla texana.

Importancia: Respecto al ambiente, por los beneficios que produce en el suelo mejorando su fertilidad, pudiendo tener cultivos y forrajes a perpetuidad bajo su dosel. Estabiliza el ambiente bajo su influencia, reduciendo los daños por heladas, vientos desecantes o soles quemantes. Disminuye los riesgos de oscilaciones climáticas bruscas. Controlan la erosión, fijando dunas en la costa, estabilizando médanos, para ser utilizados como rompevientos y para reforestar tierras baldías. Puede ser utilizado para forestación debido a que su copa tiene un crecimiento relativamente rápido. Los algarrobos son especies muy plásticas, adaptándose a diferentes condiciones, ambientes y sistemas productivos. Contienen gran variabilidad genética por lo que dentro de una población de algarrobos se encuentran individuos con comportamientos distintos: florecen y fructifican en épocas diferentes y crecen a ritmos distintos.